Cuenta una profe que habló con la madre de uno de sus alumnos, absentista. La madre, ante este hecho argumentó que:
- (...) es que mi hijo tiene un problema de orientación, y lo que pasa es que cuando tiene que cambiarse de aula no sabe situarse ni tampoco sabe a qué clase debe ir, por lo que acaba perdiéndose.
Ante lo cual la profesora se calló el siguiente pensamiento:
- Pues debe tener un problema de desorientación muy grave porque llega a perderse hasta cuando no hay ningún cambio de aula.
- (...) es que mi hijo tiene un problema de orientación, y lo que pasa es que cuando tiene que cambiarse de aula no sabe situarse ni tampoco sabe a qué clase debe ir, por lo que acaba perdiéndose.
Ante lo cual la profesora se calló el siguiente pensamiento:
- Pues debe tener un problema de desorientación muy grave porque llega a perderse hasta cuando no hay ningún cambio de aula.
Jur como cambia el cuento... si mi profe llega a llamar a mi madre para decirle ke no he ido a klase y ke he dicho ke me he perdido, mi madre me hubiese dado una colleja y me hubiese dicho... tu eres idiota o que!.... Vaya padres... madre mia...
ResponderEliminarBueno, no vamos a hacer de un ejemplo la norma. De hecho lo más probable es que la mayor parte de los padres actúen como tú dices (o al menos éso quiero creer yo). Y luego también es cierto que los hay mucho peores respecto a lo que puede deducirse del caso que os cuento.
ResponderEliminar-Verá, la hemos llamado porque su hijo ha acumulado 45 faltas en dos semanas.
ResponderEliminar-Bueno, es que ha estado enfermo.
-¿En días alternativos?
-Sí, es que mi hijo es muy delicado, ¿sabe?
*ehem*
-Bueno, también comentarle que los profesores se han quejado de que su hijo no manifiesta ningún interés en realizar los trabajos que se dieron durante sus ausencias.
-¡claro! si no vino a clase, ¿cómo va a estudiar lo que se dio en el aula?